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En Diciembre las ciudades se llenan de movimiento, de compras y comidas, para juntarnos con familiares y celebrar las fiestas. Un buen momento para reflexionar sobre el modo de vida y la alimentación en las ciudades.

La FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura- dentro de su iniciativa de “Ciudades verdes” propone cinco ideas para hacer de las ciudades espacios más saludables:

  1. Promover la agricultura urbana
  2. Fomentar dietas saludables
  3. Reducir y gestionar el desperdicio de alimentos
  4. Impulsar los espacios verdes
  5. Reconectar las ciudades con las zonas rurales circundantes

Esta iniciativa se promueve teniendo en cuenta que más del 50% de la población mundial vive en ciudades y que casi el 80% de toda la energía que se produce a nivel global lo consumen las ciudades.

Hoy nos centramos en la primera propuesta, “promover la agricultura urbana”, que es un buen comienzo para poner nuestro granito de arena y hacer que la ciudad en la que vivimos sea más verde. A pequeña escala podemos plantar hierbas aromáticas o pequeños vegetales como tomates o calabacines aprovechando la luz del sol en nuestras casas, junto a una ventana o en la terraza. A escala local cada vez hay más propuestas para participar en una huerta comunitaria o proveernos de cestas de productos de temporada que ofrecen los productores locales.

A nivel mundial, nuestra organización ha participado en proyectos que promueven la agricultura, en lugares como la R.D Congo, en la zona de Kivu Sur, apoyando los procesos de empoderamiento de más de 400 mujeres ecoproductoras organizadas en asociaciones e integradas en la plataforma Ecolo Femme. Entre otras actividades, estas mujeres han recuperado el cultivo de café, nativo de la zona, han creado un reservorio de semillas, que venden en sus propias tiendas, y reciben formación para apoyar sus procesos de empoderamiento económico.

Esto es sólo un ejemplo de lo que a través de iniciativas ciudadanas se puede conseguir y reducir el gasto de energía que supone el traslado de alimentos desde lugares lejanos, para, en consecuencia, reducir el desperdicio de alimentos y recursos.